Lecturas de reflexion
 

Quiero ser como tú



Mi hijo nació hace poco días, llegó a este mundo de una manera normal... Pero yo tenía que viajar, tenía tantos compromisos.

Mi hijo aprendió a comer cuando menos lo esperaba, comenzó a hablar cuando yo no estaba.

¡Cómo creció mi hijo de rápido... cómo pasa el tiempo!

Mi hijo, a medida que crecía, me decía: -Papi, algún día seré como tú... ¿Cuándo regresas a casa, Papi?.

 No lo sé hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos...ya lo verás.

Mi hijo cumplió 10 años hace poco días y me dijo...  -¡Gracias papi por la pelota! ¿Quieres jugar conmigo?. 

Hoy no hijito... tengo mucho que hacer.

Está bien papi, otro día será... te quiero mucho papi...- Se fue sonriendo,  siempre en sus labios tenía la frase "YO QUIERO SER COMO TÚ, PAPI".

¿Cuándo regresas a casa Papi?... No lo sé hijo, pero cuando regrese jugaremos juntos... ya lo verás.

Mi hijo ingresó a la universidad el otro día, todo un hombre.

¡Hijito estoy orgulloso de ti, siéntate y hablemos un poco de ti.

Hoy no Papi, tengo compromisos, por favor dame algo de dinero para visitar algunos amigos-

Ya me jubilé y mi hijo vive en otro lugar.. Hoy lo llamé, y... -¡Hola hijo, me gustaría verte!-.

Me encantaría Padre, pero es que no tengo tiempo... tú sabes, mi trabajo, los niños... Pero gracias por llamarme, fue hermoso oír tu voz".

Al colgar el teléfono me di cuenta que mi hijo... "ERA COMO YO". 



El corazón perfecto



   Hay quienes tienen un corazón perfecto... Y todavía lo presumen como si fuera una gracia. 

    Un día un joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.
Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas ni rasguños.
Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto.
Al verse admirado, el joven se sintió aún más orgulloso, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.
De pronto, un anciano se acercó y dijo: "Porqué dices eso, si tu corazón no es ni tan aproximadamente hermoso como el mío?"
Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos, y éstos habían sido reemplazados por otros que no encajaban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes irregulares en su alrededor.
Es más; había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió - ¿Cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?, pensaron.
El joven contempló el corazón del anciano y, al ver su estado desgarbado, se echó a reír.
"Debes estar bromeando," dijo. "Compara tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor."
"Es cierto," dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos, a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes -por los cuales me alegro- porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido."
"Hubo oportunidades en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció a cambio un poco del suyo. De ahí quedaron los huecos -dar amor es arriesgar- pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza que, algún día, tal vez regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón."  
"Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"
El joven permaneció en silencio. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón; luego, a su vez, arrancó un trozo del suyo, ya viejo y maltrecho, y con el tapó la herida abierta del joven.
La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.
El joven miró su corazón, que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.  



El vaso vacío



Cuando las cosas en la vida parecen demasiado pesadas, cuando 24 horas al día no son suficientes, recuerden la siguiente parábola:

Un profesor delante de su clase de filosofía sin decir palabra tomó un frasco grande y vacío de mayonesa y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Luego le preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.

Así que el profesor tomó una caja llena de bolitas y la vació dentro del frasco de mayonesa. Las bolitas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntarles a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí.

Luego el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco. Por supuesto, la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un "si" unánime.

El profesor enseguida agregó dos tazas de café al contenido del frasco y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían en esta ocasión. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo:

"Quiero que se den cuenta que este frasco representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes, como Dios, la familia, los hijos, la salud, los amigos, las cosas que te apasionan. Son cosas que aún si todo lo demás lo perdiéramos y solo estas quedaran, nuestras vidas aun estarían llenas."

"Las bolitas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el auto, etc."

"La arena es todo lo de más, las pequeñas cosas." "Si ponemos la arena en el frasco primero, no habría espacio para las bolitas, ni para la pelotas de golf."

“Lo mismo ocurre con la vida. Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas que realmente importan. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, tómate tiempo para asistir al doctor, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o hobby favorito.

Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua o arreglar la puerta. Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente

importan. Establece tus prioridades, el resto es solo arena."

Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó qué representaba el café. El profesor sonrió y dijo: "Que bueno que lo preguntas. Sólo es para demostrarles que no importa cuán ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un amigo."

 
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